¿Por qué viajamos? ¿Por qué nuestro mundo nos quepa en una maleta? ¿Qué necesidad tenemos para estar en continuo movimiento? Nos preguntan a menudo…
Viajamos para no tener que repetirnos de nada y para poner todo en duda. Para contar la deveces que nos hemos equivocado, para respirar y reflejarnos en la sonrisa del mundo. Viajamos para oler el rosillo del amanecer en el bosque y para envolvernos en la luz dorada de un atardecer en la playa. Para escuchar caer la lluvia y para sentir la rugosidad de una corteza de un árbol. Viajamos para caernos y luego levantarnos con muchas más fuerzas. Viajamos para comprender que existen muchísimos mundos y que todos son únicos, y que es bello ir a cielo desconocido.
Viajar es vivir.
Viajamos para huir de la rutina y para que cada día sea distinto al anterior. Para vivir la vida que soñamos, no la que nos programaron otros. Para desafiarnos a nosotros mismos cada mañana y sentirnos un poco más orgullosos cada tarde. Viajamos en un busco de una conversación en el fin del mundo. Para intentar ser mejores personas. Viajamos para buscar los límites, y aprender de la pluralidad. Viajamos por que cuanto más gastamos en ello, más ricos nos hace. Para arriesgar, pero para casi siempre ganar. Viajamos en definitiva para confirmarnos que estamos vivos, porque si no viajamos, nos morimos. Viajamos para AMAR…..
Viajar, es enamorarse a cada paso.
¿Y tu por qué no viajas?, me preguntó Vlad…. Él supo como despertar y mantener mi curiosidad, y finalmente me inoculó el «microbio» del viaje porque el es un incansable aventurero, que vive para alimentarse con la emoción de sus viajes. Su deseo de conocimiento proviene de su compleja personalidad, de su vasta cultura general y de los muchos idiomas que habla, herramientas que le permiten acceder a nuevos horizontes y costumbres. Por encima de todo, lo que más lo caracteriza es su espíritu de Wanderlust. Esta es la definición que explica su fuerte deseo de viajar y aprender sobre el mundo. Es un sentimiento que ha invadido su cuerpo y ha conquistado su mente.
Me enseñó a crear un mundo único, el nuestro, en el que nos refugiamos periódicamente cada vez que tenemos la oportunidad.
Viajar, es invertir en felicidad.
El gusto por el viaje lo probé por la primera vez durante mi primer viaje con él a Lisboa. A partir de ese momento, tenemos una hermosa historia que se almacena en una «Maleta» que nos lleva de un avión a otro.
Vlad siempre me dice que lo mejor que se puede hacer en la vida es viajar. Si no tiene un boleto de avión reservado, no se siente cómodo. Yo en cambio encuentro el viaje tan útil e instructivo que lo introduciría como una forma de educación en el currículo educativo. Considero que todos los estudiantes deben ir al menos 3-4 veces al año en vacaciones, visitar nuevos lugares, aprender cosas nuevas y nuevas culturas. Esto significa despertar tu mente y formarte como personalidad.
Mi terapia? … viajar!
Una cosa es cierta: el viaje te transforma radicalmente: te ordena y te hace responsable. Debemos saber una cosa: que en cuanto más viajamos, más mecanismos de auto control desarrollamos, incluso podemos tomar y elegir algunas decisiones que antes eran muy difíciles para nosotros. Si son buenas o malas, se verán más tarde. Sea lo que sea, ponga una bola blanca en el compartimiento de «experiencia».
En cuanto a nosotros, no puedo decir que hayamos tomado una decisión equivocada, cada viaje se resumió en «una aventura, un recuerdo, un evento, etc.»
¡Viaja! El dinero se recupera, el tiempo … No. ✈ 🌎 😎
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2 Comments
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Anna
3 de marzo de 2020 at 10:13 pm«Yo en cambio encuentro el viaje tan útil e instructivo que lo introduciría como una forma de educación en el currículo educativo. Considero que todos los estudiantes deben ir al menos 3-4 veces al año en vacaciones, visitar nuevos lugares, aprender cosas nuevas y nuevas culturas. Esto significa despertar tu mente y formarte como personalidad.»
Condivido completamente queste affermazioni
Bravi ragazzi!!
valentina
11 de marzo de 2020 at 8:28 pmGrazie mille Anna!