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La Mole Antonelliana símbolo arquitectónico de Turín

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Historico

Originalmente concebida como una sinagoga, la Mole Antonelliana símbolo arquitectónico de Turín, es probablemente la estructura más reconocible de la ciudad. Sobresale con una altura de casi 170 metros por encima del resto de edificios notables.

El apelativo Mole de este edificio deriva del hecho de que, al momento de su inauguración, era la estrucura de mampostería más alta de Europa, mientras que Antonelliana se refiere al arquitecto Alessandro Antonelli, quien la concibió.

La Mole Antonelliana símbolo arquitectónico de Turín

Su construcción comenzó en 1863 con el objetivo de dar un lugar de encuentro a la creciente población judía de Turín. Por aquel entonces, Turín era la capital de la recién unificada Italia.

Aunque sus orígenes se remontan a 1863, el edificio fue completado en 1889. El ascensor panorámico se inauguró en 1961, durante las celebraciones del centenario de la unificación italiana y se renovó en 1999.

Actualmente

Actualmente, la Mole Antonelliana ya no es un edificio construido exclusivamente de ladrillo. Durante el siglo XX se sometió a un importante proceso de remodelación que fortaleció la estructura con cables de hormigón y acero reforzado para soportar de manera más eficiente su gran peso.

La Mole Antonelliana símbolo arquitectónico de Turín, fue durante muchos años el edificio más alto de la ciudad, pero actualmente, tras la construcción de un moderno rascacielos, el Grattacielo della Regione Piemonte, es solo el edificio más alto del centro.

La Mole Antonelliana símbolo arquitectónico de Turín

Como toda innovación las críticas de los más no se hicieron esperar. La Mole Antonelliana fue objeto de muchas de ellas. Había quienes lo consideraban un horrendo edificio que sólo era un inmensa oda al mal gusto. Con el tiempo esto cambió afortunadamente y le concedieron los merecidos honores, tan es así que hoy en día se yergue como símbolo de la ciudad.

Museo Nacional de Cine

Desde el año 2000 en su interior tiene su sede el Museo Nacional del Cine de Turín.

El Museo Nacional de Cine debe su singularidad a la configuración de su exposición al encontrarse dentro de la Mole Antonelliana.

Este “templo del cine” se desplaza hacia arriba a través de varios niveles de exhibición, creando una espectacular experiencia expositiva y recorriendo la historia del cine desde sus orígenes hasta la actualidad.

La Mole Antonelliana símbolo arquitectónico de Turín

El ascensor panorámico de la Mole Antonelliana atraviesa verticalmente el espacio del Museo Nazionale del Cinema (Museo del Cine de Turín), uno de los más importantes del mundo por su rico patrimonio y la diversidad de sus actividades científicas y educativas.

Este ascensor panorámico permite a los visitantes subir a una terraza a 85 metros de altura y disfrutar de las impresionantes vistas de la ciudad y los Alpes de los alrededores. También se puede subir a pie por la cúpula hasta la terraza panorámica.

¿Vale la pena subir la Mola Antonelliana?

Subir a la terraza panorámica de la Mole Antonelliana es definitivamente una de las mejores cosas que hacer en Turín y ofrece una oportunidad única para familiarizarse con la ciudad desde las alturas.

Obviamente, las vistas que obtendrás desde la terraza si decides subir a la Mole Antonelliana van a variar en función de la hora y el estado del tiempo en ese día en particular. Para poder apreciar los Alpes de los alrededores de Turín, el día debe estar despejado.

Uno de los factores que tienes que tener en cuenta al subir al mirador, al igual que sucede con el mirador del Empire State, es que la Mole Antonelliana es, con diferencia, el edificio más prominente de Torino. Las panorámicas, aunque impresionantes, no van a ser tan hermosas como las que podrías obtener desde un mirador natural con la mole como protagonista.

Visita al Museo del Cine de Turín

Nos confesamos unos cinéfilos empedernidos, es por eso que el Museo del Cine de Turín nos ha calado hondo y nos hemos divertido como unos niños. Hemos recorrido entusiasmados su inmensa estructura.

Ya vamos intuyendo su silueta entre las callejuelas que nos dejan ver los primeros trazos de su puntiaguda e infinita torre. Llegar hasta los pies de ésta majestuosa construcción, nos maravilla a escasos metros. Nos detenemos boquiabiertos para intentar captarla cuan larga es con las lentes de nuestras cámaras. Apenas si cabe entera a más de 50 pasos. Queremos descubrir su interior, colarnos en sus entresijos. Un mirador panorámico nos espera como primer encuentro. Hacemos la fila y esperamos pacientes nuestro turno, ya que cada tanda para poder subir por el ascensor, incluye sólo a 8 participantes.

Mientras tanto ya logramos acceder a la planta baja, donde una tienda de curiosos souvenirs relacionados con el séptimo arte y una cafetería en misma temática nos entreteinene la mirada con buenas primeras impresiones. Inicia nuestro ascenso por el medio del edificio. Tenemos una vista de 360º del interior nivel a nivel. Un ligero escalofrío nos recorre, un tanto el vértigo y un mucho el sobrecogimiento de ver tal homenaje al cine. Se nos llenan los ojos de afiches, escenografías, locaciones, flashazos de montón de filmes conocidos representados de una y mil maneras. Y aún arriba del todo nos espera  aún más, una espectacular vista panorámica de la ciudad.

El mirador de la Mole Antonelliana

Nos recreamos la pupila con sus cuatro puntos cardinales. Los sitios donde hemos estado, los sitos hasta donde nos gustaría llegar. Pensamos que es muy probable que necesitemos volver, porque como en cada viaje siempre terminan faltándonos días para bebernos hasta el fondo los lugares. Un último adiós desde lo alto a la hermosa ciudad de Turín y así como subimos iniciamos el descenso y echamos otro vistazo de vuelta, ya memorizando qué pisos queremos visitar.

El cine es magia y es atemporal

Da igual la edad que se tenga, siempre nos transporta a un sinfín de emociones, nos captura, nos envuelve, nos lleva irremediablemente a soñar y en el Museo del cinema de Turín podemos hacerlo tangible, convirtiéndonos en personajes de nuestros filmes favoritos, de los de culto, de lo que marcaron época, de acariciar años más pueriles en un abrir y cerrar de ojos. De ser quienes queramos ser.

Lo mismo podemos sentirnos protagonistas o antagónicos, buenos o villanos, víctimas a victimarios, según el rol que cada uno decida elegir, o bien sentarnos en la silla de Director y dirigir la escena dando un “¡Acción!” a la magia.

Luces, motor, cámara… ¡¡¡¡¡Acción!!!!!

Hacer una pausa de tanta adrenalina y retozar en las butacas reclinables del lobby. Una inmensa estatua nos custodia y demanda buena conducta, porque en el cine hay que prestar todos los sentidos, apagar los móviles y estar bien calladitos para disfrutar, mientras la magia sucede.

La Mole Antonelliana símbolo arquitectónico de Turín
La Mole Antonelliana símbolo arquitectónico de Turín

Visitar el Museo del Cine de Turín es tal cual una ¡experiencia de película! Sin duda un viaje fantástico recorriendo todos los géneros conocidos del cine: comedia, horror, ficción, fantasía, suspense. Además, es una mirada profunda a cómo nació éste arte, así como los diferentes proyectores que han ido utilizándose a o lo largo de décadas. Es un interesante compendio de filmes netamente italianos de distintas épocas.

Si estáis en Turín, ¡no os lo podéis perder!…

Como llegar a la Mole Antonelliana y el Museo del Cine

La Mole Antonelliana se encuentra en la zona central de Turín y se puede llegar fácilmente a este monumento a pie o en tranvía.

La torre de la Mole Antonelliana se divisa desde muchas partes de Turín, y si estamos caminando por el centro de la ciudad podemos llegar sin problema a pie. De todas formas los autobuses 61, 55 y 56, y el tram 13 o 15 nos dejan al lado, en la parada Rossini, en la calle Po. El bus 68 que para en Verdi en Via Rossini o el tram 16 con parada en el Palazzo Nuovo son otras opciones para llegar al Museo del Cine.

Coste de la entrada:

Mole + Museo: 11€.

Ascensor panorámico: 8€.

Mole + Museo + Ascensor panorámico: 15€.

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